![]() El efecto siniestro de esa doble realidad que era la clave de la dictadura. ![]() Por de pronto ahí estaba el terror nocturno que invadía todo y a la vez seguía la normalidad,la vida cotidiana, la gente que iba y venía por la calle. Como si se hiciera ver que Buenos Aires era una ciudad ocupada y que las tropas de ocupación habían empezado a organizar los traslados y el asesinato de la población sometida. La amenaza aparecía insinuada y dispersa por la ciudad. ![]() Tuve la impresión de que todo se había vuelto explícito, que esos carteles decían la verdad. En lugar de viejos postes pintados de blanco que indicaban las paradas de colectivos han puesto una carteles que dicen: Zona de detención. Lo primero que me llama la atención es que los militares cambiaron el sistema de señales. Con esa mirada única que tiene uno cuando vuelve a un lugar después de mucho tiempo. En junio del '77 vuelvo, salgo a caminar por la ciudad. A fines de 1976, me fui a enseñar a la Universidad de California, un semestre a La Jolla, el pueblo donde vivió Chandler. Aunque primero, en realidad, hay un viaje. En una entrevista con Raquel Angel (1987), incluida en Crítica y ficción, ella le pide a Piglia una imagen "que condense el tiempo de la dictadura" su respuesta es "las zonas de detención".
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